Muchas personas que piensan en retoques estéticos en el rostro creen todavía que son sinónimo de desastre. Es cierto que estos cambios en la cara pueden tener consecuencias nefastas si no se hacen con verdaderos especialistas en medicina estética o no se tiene cuidado, pero en realidad lo más frecuente es que los resultados sean satisfactorios. ¿Quieres saber cómo?

Cómo evitar hacer un cambio radical con los retoques estéticos

Para conseguir que los retoques en el rostro sean beneficiosos y no nos den unos resultados de los que vayamos a arrepentirnos hay que tener varias cosas en cuenta. Para empezar, es necesario que trates el tema con el profesional que vaya a atenderte, pero estos tres consejos son imprescindibles para cualquiera:

Las proporciones naturales de tu rostro

Cada persona y cada cara tiene unas características propias y es muy importante respetarlas a la hora de hacer cualquier cambio. Por ejemplo, la proporción y la armonía son parámetros que podemos utilizar para guiarnos, así que no querrás un relleno en los labios que los haga demasiado grandes si el resto de tus facciones no los acompañan. El ácido hialurónico en los labios es perfecto para aumentarlos, pero siempre debes respetar tus proporciones.

Las cirugías de cambio en la forma del rostro que están de moda en Corea, las llamadas V-line, producen unos cambios demasiado agresivos que pueden desestabilizar la armonía natural del rostro. En lugar de atreverse con procedimientos tan radicales, es mejor optar por retocar aquellas partes de nuestra cara que deshacen la armonía de nuestro rostro para devolvérsela.

Menos es más

Otro de los grandes miedos es acabar con la llamada cara de sorpresa posbótox. Este tipo de expresión facial es el resultado de aplicar demasiada toxina botulínica, paralizando los músculos de tal manera que perdemos capacidad de movimiento para gesticular. En realidad, evitar este problema es muy sencillo: menos es más, utiliza pequeñas cantidades para conseguir resultados discretos que no afectan a cómo se mueve el rostro.

Esto es muy importante cuando nos ponemos toxina botulínica, pero también sirve para otros tratamientos como el ácido hialurónico. Si rellenamos excesivamente cualquier parte del rostro, como los pómulos o los labios, cambiaremos las proporciones del rostro y acabaremos con rasgos demasiado artificiales en los que se nota que hemos pasado por un centro.

Poco a poco

Por último, otro consejo imprescindible es hacer los cambios espaciados en el tiempo. A veces los pacientes quieren hacerse muchos cambios en una sesión, lo que puede hacer que se vean demasiado cambiados al salir del centro y no se acostumbren a su nuevo rostro.

Otro de los peligros es hacerse demasiados retoques en un período corto de tiempo. Si no damos tiempo a que la piel se acostumbre o se reabsorba el producto podemos acabar con resultados inesperados o exagerados.

Siguiendo estos consejos no tendrás ningún problema a la hora de hacerte los retoques estéticos en el rostro que desees. Déjate aconsejar por los profesionales de tu centro de confianza para que adapten cada tratamiento facial a las características y necesidades de tu rostro y de tu piel. ¡Es muy fácil tener una piel joven de nuevo!