Los fototipos de piel siempre han condicionado nuestra vida, ya que influyen, por ejemplo, en que nos sintamos más o menos cómodos viviendo en un lugar soleado o nuestros gustos y aficiones. A la hora de la depilación láser, también afectan las características de nuestra piel. Por eso, queremos analizar los tipos cutáneos de acuerdo con la escala de Fitzpatrick.
Los tipos de piel se clasifican según la capacidad de absorber la radiación solar que se tenga. A esto es a lo que nos referimos al definir un fototipo, el cual se compone de cuatro elementos básicos: el primero es el más evidente que uno puede pensar, es decir, el color de la piel. Sin embargo, más allá de las pieles morenas o claras, hay otras variables, como la frecuencia con la que nos quememos, el color del cabello que tengamos y el tipo de bronceado, que no es lo mismo que el color de la piel, sino que se refiere al oscurecimiento natural al que nos veamos expuestos cuando nos da el sol.
Por tanto, dentro de los fototipos, hay que tener en cuenta también la melanina, que es el elemento principal que marca los tipos de piel de Fitzpatrick. Esta escala es una clasificación que se lleva a cabo de forma numérica según el color de piel y su reacción ante la exposición a los rayos ultravioleta (UV). La creó un dermatólogo de Harvard, el cual también le dio nombre, y se ha ido modificando con el tiempo, añadiendo una mayor variedad de tonalidades de piel existente.
La melanina es uno de los elementos claves a tener en cuenta cuando te haces la pregunta de qué tipo de piel tienes. Se trata de un conjunto de gránulos presentes en el citoplasma celular, es decir, la membrana que rodea el núcleo de la misma, y que se encargan de definir el color de nuestro cabello, el color de nuestra piel, así como la coroides, que se encuentra en la capa intermedia de nuestros ojos. Además de definir los fototipos de la piel, es un factor fundamental en la depilación láser, ya que es el componente que conduce la luz.
Junto a todo lo que acabamos de definir de la melanina, cabe destacar que es la encargada de capturar los radicales libres al hablar de los efectos perjudiciales que puede tener una exposición excesiva al sol sin protección, pues es la que absorbe los infrarrojos (IR), además de los rayos uva (UV). Los tipos de melanina que existen son la femelanina, que protege la piel de las emisiones solares (mucho más frecuente en las personas de pieles morenas) y la eumelanina, que produce más radicales libres de los que captura y es ineficaz, por lo que está más presente en las personas con la piel clara.
Ahora que conocemos cómo funciona la melanina, qué son los fototipos y su importancia en la depilación láser, tenemos que conocer la escala de Fitzpatrick. Dentro de la clasificación numérica ya descrita, hay siete distintos.
El 0 es el menos frecuente dentro de los tipos de piel, ya que es el que corresponde a las personas completamente incapaces de sintetizar la melanina. Es decir, el fototipo 0 es el común en las personas albinas. Este suele ser problemático, ya que una simple exposición solar de unos minutos ya puede provocar una quemadura solar. Además, se carece de oscurecimiento natural de la piel.
Estos fototipos de piel también están marcados por las rápidas quemaduras solares aun con poca exposición al sol. Son propios de las personas pelirrojas. Sin embargo, aunque sea levemente, aquí sí se sintetiza un poco de melanina, si bien no demasiada, por lo que apenas consiguen broncearse.
Las personas con el tipo II sí son capaces de broncearse un poco más, pero suelen tardar bastante, ya que siguen teniendo la piel muy clara y generalmente el cabello rubio. Suelen notar sus efectos de oscurecimiento de la piel ya después de varios meses de exposición.
El fototipo III es algo intermedio, ya que en él se puede tener la piel más clara o más oscura y el cabello rubio o castaño. A veces se queman, pero también consiguen un tono bronceado de color dorado. Sin embargo, sufren un envejecimiento de la piel más rápido que los de los de tipo IV, V y VI.
En el fototipo IV, las personas tienen la piel morena oscura, por lo que tienen un bronceado rápido con solo un periodo corto de exposición al sol, y rara vez sufren quemaduras solares.
Es el que se conoce como fototipo Mediterráneo. Se parece al anterior, es decir, tiene las mismas características descritas, pero con el tono de piel un poco más oscuro.
El último fototipo, es de las personas de raza negra. Sin embargo, en este, así como en todos los demás descritos, también es importante la protección solar. Aunque no se sufran quemaduras, se están absorbiendo UV e IR y una excesiva exposición sin protección genera igualmente el envejecimiento de la piel.
Una vez vista la escala de Fitzpatrick, hay que aclarar que hay una gran variedad de tipos de láser para cada piel. El láser soprano es el mejor para las personas de los tres últimos fototipos, sin importar si tienen vello fino o grueso. El de diodo, es mejor para el V, mientras que el alejandrita, es el óptimo para las personas de II a IV.
Los fototipos de piel condicionan el tipo de láser que tenemos que utilizar y ante todo, siempre debemos protegernos del sol adecuadamente, tengamos el fototipo que tengamos. Lo mejor para saber cuál es la mejor técnica para cada uno, siempre será contar con un buen profesional que nos dé confianza, con experiencia en la materia y que nos haga sentir cómodos. ¡Visita nuestro centro para más información!
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